Vamos a adentrarnos en el mundo de los estilos educativos y cómo estos pueden influir en el desarrollo de nuestros hijos. Es fundamental comprender al educar a los hijos la forma en que nosotros mismos fuimos educados, la manera de ejercer la autoridad o el poder, la permisividad, la disciplina… Estos pueden conformar tipos de relaciones completamente diferentes y moldear la personalidad y el comportamiento de los pequeños de la familia ¡Empecemos!
En la crianza, el poder y la autoridad son elementos decisivos según la forma en que se ejerzan. Por ello, es importante diferenciar conocer las distintas formas de ejercerlos:
El autoritarismo se caracteriza por imponer reglas estrictas y rigurosas sin tener en cuenta las necesidades y opiniones de los hijos. Por otro lado, el estilo permisivo se caracteriza por la falta de límites y normas claras. En ambos casos, se pueden generar consecuencias negativas en el desarrollo de los niños, como baja autoestima, falta de autonomía y dificultades para establecer límites adecuados.
Un ejemplo de estilo autoritario sería cuando los padres imponen reglas sin permitir que los niños expresen sus opiniones o tomen decisiones. Por otro lado, un ejemplo de estilo permisivo sería cuando los padres permiten que los niños hagan lo que deseen sin establecer límites claros, lo que puede llevar a comportamientos irresponsables.
El estilo laissez-faire se caracteriza una falta de intervención o guía por parte de los padres. En este caso, los niños tienen total libertad para hacer lo que quieran, sin recibir orientación o apoyo. Esto puede generar una sensación de abandono emocional y dificultades en el establecimiento de relaciones saludables.
El estilo democrático de educar a los hijos es un término medio entre los extremos del autoritarismo y la permisividad. Se basa en la participación activa de los niños en la toma de decisiones y el establecimiento de normas y límites. Un ejemplo de este estilo sería cuando los padres escuchan y consideran las opiniones de sus hijos antes de tomar decisiones familiares o cuando se pregunta a los hijos antes de poner una norma en el hogar.
Disciplina positiva: La disciplina positiva se enfoca en enseñar a los niños habilidades sociales y emocionales, promoviendo un ambiente de respeto y empatía. Se basa en la comunicación abierta, el establecimiento de límites claros y la resolución de conflictos de manera constructiva. Este enfoque fomenta el desarrollo de habilidades de autorregulación y autocontrol en los niños.
Consecuencias de los estilos educativos en el desarrollo de los niños
Los estilos educativos que elijamos van a tener mucho que ver con cómo fuimos educados y cómo se gestionaba la autoridad en nuestra familia de origen. Y pueden tener un impacto significativo en el desarrollo de nuestros hijos. Un estilo autoritario puede generar miedo, baja autoestima y dificultades para tomar decisiones por cuenta propia. Por otro lado, un estilo permisivo puede llevar a comportamientos poco meditados y falta de límites. El estilo laissez-faire puede generar inseguridad y dificultades para establecer relaciones saludables. En cambio, el estilo democrático fomenta la autonomía, la confianza en sí mismos y la habilidad para resolver problemas de manera eficiente pero no siempre es fácil ejercerlo.
Consecuencias de los estilos al educar a los hijos una vez que ellos crecen
Es importante mencionar que los estilos educativos no solo tienen un impacto en la infancia, sino también en la vida adulta. Los niños criados bajo un estilo autoritario pueden desarrollar problemas de autoestima y dificultades para establecer relaciones saludables. Por otro lado, los adultos que crecieron en un ambiente permisivo pueden tener dificultades para poner sus propios límites y enfrentar responsabilidades. El estilo democrático, por otro lado, promueve la autonomía y la habilidad para establecer relaciones interpersonales saludables.
En resumen, los estilos educativos que seamos capaces de implantar en nuestro hogar influirán directamente el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos de manera significativa. Ninguna pa/maternidad es ideal y, a veces, una dificultad añadida es que los miembros de la pareja tienen estilos distintos de ver la educación de los hijos.
A menudo ocurre que pasamos de unos estilos a otros en función de la situación, por ejemplo, ser muy autoritarios en un momento determinado y tener una fuerte discusión con nuestro hijo adolescente debido a nuestra rigidez, posteriormente, sentirnos culpables y pasar al extremo contrario siendo demasiado permisivos en otro momento puntual. Recordemos que cada niño es único y puede responder de manera diferente a los distintos estilos educativos. No somos perfectos, lo importante es tratar de encontrar un equilibrio entre los estilos, cultivar un ambiente de amor, respeto y apoyo para que tus hijos puedan crecer y desarrollarse de la mejor manera posible!
Espero que este post te haya sido útil y te haya brindado información valiosa sobre formas de educar a los hijos y el impacto en su desarrollo. Si tienes alguna pregunta o comentario, ¡no dudes en escribirme! Estoy aquí para ayudarte.
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